En el marco de una investigación, el Departamento de Policía solicitó a expertos de la Universidad de Michigan, Estados Unidos, la reconstrucción 3D de las huellas digitales de una víctima de asesinato con el objetivo de poder desbloquear su celular y tener acceso a él. Debido a que la policía pretende tener acceso al teléfono de la víctima, no se han presentado preocupaciones por la violación a la privacidad ni al derecho de no autoincriminación dispuesto en la quinta enmienda de la Constitución de los Estados Unidos. Con todo, el caso revive los debates que ya se han producido a nivel global sobre los límites que deben existir al actuar de las policías y las investigaciones que llevan a cabo en el ejercicio de sus funciones.