La primera ley de ciberseguridad de la Unión Europea fue aprobada por el Parlamento Europeo. Esta ley impone a operadores de servicios esenciales, tales como los bancarios, de energía, transporte y salud, y a compañías de proveedoras de servicios digitales, como Google y Amazon, la obligación de mejorar sus defensas de seguridad y de reportar los ciber ataques que sufran. Por su parte, la nueva legislación también establece la cooperación entre los gobiernos de países de la UE, de modo de facilitar la protección de las empresas y las infraestructuras interconectadas.