Desde hace un tiempo las autoridades norteamericanas han solicitado a los fabricantes de celulares que les permitan acceder a información personal en los teléfonos de personas implicadas en algún delito. Esto se concretó con la petición que le hizo el FBI a Apple: instalar un backdoor en iOS para poder acceder al teléfono de un implicado en el caso de San Bernardino.