El ciberataque masivo ocurrido la semana del 26 de junio, podría ser considerado como una “violación de soberanía” y, posteriormente, ser elevado a la categoría de “acto de guerra” por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Tomáš Minárik, investigador del Centro Cooperativo de Excelencia de Ciberdefensa en Tallin (Estonia), división especializada de la OTAN, señaló que, en el caso de comprobarse que el ataque hubiese tenido el apoyo del algún estado, se podrían activar “contramedidas” por porte de la organización.
